14/4/11

Dogville, de Lars von Trier (2003)


Partiré esta reseña con una declaración totalmente objetiva: Dogville es una de las mejores películas que he visto. Quizá no debería decir más, para no traicionar la inefable profundidad de la cinta, pero me he propuesto al menos interiorizarla un poco, aunque hablar de Lars von Trier siempre signifique quedar corto de palabras, tal como cualquiera, al presenciar su obra, puede quedar corto de aliento.


"Dogville, el pueblo".
La base estética de Dogville, una genialidad de principio a fin, es lo primero que llama nuestra atención: un escenario de aspecto teatral, primitivo y minimalista, donde se desarrollan todas las acciones, más un narrador que va contando lo que pasa, diviendo la obra en un prólogo y nueve capítulos. Siguiendo el modelo del Dogma 95, lo que busca el director es que nos concentremos específicamente en los hechos, en la simbólica relación de los personajes, porque en ello está oculta la esencia del film. Así, nuevamente, con un presupuesto bajo y sin necesidad de efectos especiales, Lars von Trier nos demuestra que el cine debe volver a la raíz, debe apartarse de todo artificio y lucro estéril, porque su verdadero valor sigue estando detrás de la humanidad de los actores, de esa invaluable capacidad de representar para nosotros un mundo convulsionado, frágil y terriblemente humano, aportando mucho más que las engañosas quimeras del dinero.

"Grace" (Nicole Kidman).
El célebre actor John Hurt es el encargado de narrarnos la historia, siendo la voz en off que nos va contando el cruel destino de Grace (Nicole Kidman), una inocente muchacha que llega a Dogville huyendo de un pasado difícil. Dogville es un pequeño y austero pueblo de las Montañas Rocosas, tan apartado de la civilización que sus habitantes parecen coexistir en un mundo aparte, con sus propias costumbres y normas de convivencia. Como el pueblo reacciona hostil frente a la llegada de Grace, ésta debe refugiarse en Tom (Paul Bettany), un joven escritor que la ayudará a integrarse, sin saber que esto desencadenará una total distorción en el comportamiento de todos, el afloramiento animal y decadente de las más bajas pasiones humanas.

La genialidad de Lars von Trier.
Dogville funciona como una apología de la vida moderna, como un retrato de nuestros más viles instintos y como un cuento macabro, que nos cuestiona sobre las consecuencias del poder, del egoísmo y la hipocresía. Por lo mismo, podríamos pensar que Dogville es un film esencialmente moralista, pero no: es eso y mucho más. Es un trabajo de cine increíble, que innova y replantea los recursos necesarios para producir una película. Es un relato inteligentísimo, que define con cuidado a sus personajes, llevándonos de la mano por una trama compleja para luego abandonarnos al final, dejándonos solos en la dura labor de cuestionarnos. Dogville es un consejo ambiguo, una invitación a reflexionar. Es sencillamente una obra maestra.


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4 comentarios:

  1. ¿Qué seria del cine contemporáneo sin Lars Von Trier?Dogville es quizás su obra mas distintiva, su experimento mejor logrado, su osadía mejor llevada. PELÍCULA DE PROPORCIONES BÍBLICAS, con un fuerte trasfondo sociológico y analítico que se mueve en mares de la ambigüedad y el simbolismo. 9.5/10

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  2. Solo he visto 3 o 4 de LVT y esta es la que mas me ha gustado con diferencia. El final es brutal, tengo que ver Manderlay a ver si mantiene la linea.

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  3. Lars Von Trier, es uno de mis Directores favoritos, espero con ansias su próxima cinta, que es Melancholia.

    Saludos.

    Hogardecine.Blogspot.com

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  4. Isa Utreras Lizana7 de mayo de 2011, 17:30

    Excelente película!... y buenísimo blog, estaré atenta.
    Saludos.

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